Una vez vi con los monjes que allí nos encontrábamos, que las abejas del Templo, que eran muchos millones de ellas por cuanto habían panales instalados en todo el territorio del Templo (esto fue antes de que los bárbaros irrumpieran en el Monasterio destruyéndolo todo a su paso), que todas las abejas del Templo revoloteaban felices alrededor del Maestro Kelium Zeus solo porque en ese día era ÉL quien les daba de comer, sentado en una butaca frente a uno de los panales, y la nube de abejas era tan alta y tan densa que los monjes apenas lográbamos ver la imagen del Maestro allí en medio de la nube de abejas; y estuvo ÉL atendiendo a las abejas por tiempo prolongado sin sufrir ni una sola picadura, sin usar las protecciones de apicultura que usábamos los monjes pues las abejas del Templo son muy bravas por lo que siempre les teníamos mucha prevención cuando estaban todas afuera de los panales. Algunos perros que estaban por allí resultaron picoteados y entonces el Maestro pidió que los protegieran. La imagen que nunca olvidare es ver al Maestro en el centro de tal cantidad de abejas zumbando velozmente, era evidente que algo inusual sucedía allí, era un mosierto muy íntimo entre el Maestro y sus abejas. Ese día entendí mas por qué ÉL se refería a ellas como Las AVES DE JAH
Ernesto Rosales