Después del río y allí había un camino de hormigas pero cubrían el carrateable.

El de las que llaman arrieras y el maestro le dijo no vayas a pisar las hormigas y siguió el maestro hacia el chakra coronario.

El muchacho lo miro irse y vio como pasaba por encima de las hormigas y no las pisaba.

El se quedó asombrado.

Vien el maestro siguió y mi hijo cuenta que él quiso hacer lo mismo.

Pero pisó las hormigas.

Entonces se quedó mejor jugando.

Volvió y venía el maestro y el muchacho le puso más atención e hizo lo mismo el maestro.

Pasó sin pisar una sola hormiga las cuales estaban cubriendo totalmente el carreteable.

Raul Gomez Hernandes